domingo, 1 de agosto de 2010

Hola pequeños.

Han pasado unos meses ya desde que aparecísteis en nuestras vidas. Cada uno en una punta de todo un océano. Cada uno con sus gestos y sus cosas, y demostrando ya que lo que tenéis alrededor os llama la atención.
A vuestr@s querid@s tí@s les han pasado estos meses muchas cosas y todas muy emotivas; algunas tristes y otras alegres, pero de eso no pienso hablar nada ahora. Habrá tiempo de que os enteréis.
Bruno y Eneko, sólo quiero deciros que, como os hemos dicho ya con anterioridad, lo importante en este mundo no es lo que se tiene, sino al lado de quién se tiene. ¿De qué vale poseer algo si no se tiene nadie con quien compartirlo?, ¿si no se tienen amigos?. Pensad siempre en los que os pueden ayudar, y a los que podéis ayudar. Pensad también en lo afortunados que sóis, que tenéis mucho y muy bueno, y con un poquito de conciencia y amor podréis hacer muchas cosas interesantes por vosotros mismos y por qué no, por los demás.
Hasta que todo esto llegue, nos reímos con vosotros y con vuestras caras manchadas por la glotonería que demostráis por la fruta y los purés. Porque ya nos reconocéis y os reís vosotros también. Nos hace gracia la naturalidad con que miráis a la cámara de fotos, como si supiérais lo que son. Vuestras cuerdas vocales ya están preparadas para hablar y así lo demostráis con vuestros gritos y balbuceos, y los que os queremos  casi apostamos por la primera palabra que diréis. En el caso de Bruno... no lo tengo claro, pero en el de Eneko sí: ¡¡Plátano!!
Pequeñines, os queremos.